Sant Sadurní d'Anoia - Capital del Cava Ajuntament de Sant Sadurní d'Anoia
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Paseando por Sant Sadurní, por la calle Raval, con su antigua torre de defensa en un extremo y la plaza de la Iglesia, con su campanario gótico, se descubren varios edificios, la mayoría concentrados cuatro o cinco calles que conforman el eje del centro histórico, representantes del eclecticismo y del modernismo.

Del arquitecto Lluís M. Güell encontramos diferentes casas, pero la más representativa es la casa de Lluís Mestres, cuya fachada combina recursos de un referente más tradicional con otros que podemos considerar característicos del modernismo. Los primeros, los podemos ver en la distribución de las aberturas y el paramento de piedra, en falso almohadillado. Los segundos, en la solución empleada para el coronamiento del edificio y en la decoración escultural, en los dinteles de las ventanas y en las barandas de los balcones.

En la misma calle encontramos la casa de Maria Sàbat o Cal Rigol, del arquitecto Miquel Madurell i Rius. Para resolver el aspecto anguloso que podía haber tenido la casa, con dos fachadas haciendo esquina, las hizo idénticas, suavizó el ángulo y dispuso un balcón continuo en el primer piso que reforzó la idea de continuidad, resaltando también el florón que remata la esquina.

vitrall calixtoUn ejemplo del trabajo con hierro y cristal lo tenemos en la casa de Cal Calixtus del arquitecto Narcís Aran i Vidal. El eclecticismo mezcla en esta casa estilos de referencia clásica combinados con unos más imprecisos, quizás medievalistas. En la fachada que da al jardín encontramos una magnífica galería a la que se añadieron las vidrieras modernistas de colores y formas curvilíneas y vegetales que rompen con la sobriedad del resto del edificio.

Cabe destacar los almacenes Santacana Roig, de Domènech Boada, como un ejemplo del modernismo aplicado a los edificios industriales. En él se combina la aplicación de aspectos moderados y académicos con el naturalismo.

También resaltan los edificios del Ayuntamiento (1896-1900), Cal Solà (1919), la casa Baqués (1925), el Ateneo Agrícola (1908-1909), las Escuelas Nuevas (1902) y la casa Formosa Ragué (1892).

En las afueras, el edificio modernista por excelencia es el de las cavas Codorníu, que nos permite apreciar una de las joyas del modernismo catalán y conocer uno de sus modelos más relevantes en cuanto a edificaciones industriales. La construcción del conjunto, impulsada por Manuel Raventós i Domènech, permitió evidenciar la calidad como arquitecto de Josep Puig i Cadafalch y la importancia y representatividad de estas construcciones en su obra. En las cavas encontramos todo un catálogo de soluciones diversas del modernismo más experimental. Vemos también diferentes edificios catalogados como Monumento Histórico Artístico Nacional: la Sala de Expediciones, ahora Sala de Recepción, la Bodega Grande y el Porche de las Prensas, donde se ubica el museo.

De inspiración medieval, el Porche de las Prensas recuerda el dormitorio de un monasterio del Cister: la sala es grandiosa, formada por una serie de naves cubiertas con sus grandes arcos torales de medio punto que arrancan directamente del suelo y sus amplísimas bóvedas de ladrillo plano, que le confieren un nuevo aire industrial. Podemos visitar el Museo de Herramientas y Aparatos que nos explica la historia de la industria del cava. En la fachada, cada tramo de las bóvedas corresponde a una abertura en forma de arco apuntado, y cada tramo está rematado por un coronamiento escalonado decorado con un original mosaico de botellas de cava.

La Bodega Grande es un espacio unitario que recuerda a una airosa lonja gótica, con los macizos pilares de ladrillo visto desde donde salen en las cuatro direcciones unos arcos torales de medio punto, entre los que también se disponen unas bóvedas de ladrillo plano con vigas de hierro.

La influencia de Gaudí es evidente en la Sala de Expediciones o Sala de Recepción, en los arcos torales parabólicos de dentro y fuera de la fachada y en los ventanales de vidrio.

CodorníuAparte de las construcciones industriales, la familia Raventós confió a Puig i Cadafalch la edificación de su casa de veraneo, de planta cuadrada, sótano, piso y buhardillas, igualmente declarada Monumento Histórico Artístico Nacional. Llama la atención la simplicidad de la arquitectura, con un patio interior y un esbelto torreón circular en uno de los ángulos con una cubierta cónica de láminas de cerámica vidriada. Todo el conjunto invita a pasear y a disfrutar de las formas arquitectónicas y del producto que allí se elabora: el cava.

Justo al lado de la estación del ferrocarril, se construyeron en el año 1927 las cavas Freixenet, diseñadas por el arquitecto Josep Ros i Ros, que constan de cinco naves en las cuales hizo gala de su particular combinación de estilos.

En el año 1929 amplió el conjunto con un nuevo edificio, hoy centro de recepción de visitas, con una mezcla de estilos donde predomina un lenguaje más novecentista, pero donde no faltan algunos atributos modernistas. Llama la atención el edificio central que da la bienvenida, flanqueado por dos cuerpos en forma de torres medievalistas. En él encontramos una cornisa ondulante que cierra la decoración de la fachada con motivos vegetales, racimos y pámpanos, que nos acercan a la lectura vitícola, hechos con cerámicas vidriadas de colores que enmarcan el nombre de las cavas.
Como muestras de gótico y románico, no podemos olvidar la iglesia parroquial, en la que destaca el campanario octogonal, reliquia del antiguo templo gótico, y el pórtico remodelado en el año 1924; la iglesia románica de Sant Benet d'Espiells, en el barrio de Espiells, del s. X-XI y de una única nave; y el edificio del Antiguo Hospital, antigua capilla restaurada.

Vale la pena fijarse, también, por último, en la rectoría y en la torre carlina.